Edifica y sé edificado
Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.
Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.
Para mí el bien es estar cerca de Dios.
¡No hay nadie como tú, Señor!
Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.
Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí.
Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito, y no solo con su llegada, sino también con el consuelo que él había recibido de ustedes. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que ustedes tienen por mí, lo cual me llenó de alegría.
"Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo;
Constantemente los recordamos delante de nuestro Dios y Padre por sus actos de fe; por su trabajo, que es fruto de su amor, y por su sufrida esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
El crecimiento espiritual es un paso importante para aquellos que ya conocen a Cristo y lo han aceptado por medio de la fe. Pero debemos nacer espiritualmente antes de crecer... Solamente cuando somos hijos de Dios, con el Espíritu Santo habitando en nosotros, tenemos la posibilidad de crecer a la semejanza de Jesús. Hay muchos que se esfuerzan en desarrollar la vida cristiana, pero si todavía no han nacido de nuevo, se frustran al no lograr alcanzar un crecimiento genuino en la fe.
Hay veces en las que nos preguntamos la razón de los problemas que hemos pasado, el por qué del desánimo y la angustia que enfrentamos. Nos cuestionamos toda la frustración, el dolor y la tristeza que sentimos. Pero antes de que todo eso se torne en un pozo profundo de autocompasión y depresión necesitamos hacer como el salmista. Debemos mostrar una actitud de fe y dar la respuesta correcta a nuestras inquietudes internas: ¡poner la esperanza en Dios porque todavía lo alabaremos!
¡Si amas a Jesús eres más que vencedor! Pase lo que pase, Jesús estará siempre contigo y nada te podrá separar de su amor. Las dificultades de la vida no se comparan con la alegría eterna que Jesús ha preparado para ti.
¿Has pasado alguna vez por una fase en la que parecía que llovían problemas por todos lados? Las olas y las tempestades intentaban robar toda la paz y la alegría que tenías. Cuando por fin lograbas respirar tranquilo después de un problema, surgía otro. Más noticias, más desgaste y decepción. Tal vez estés pasando por momentos así ahora mismo. Ten fe: Dios tiene para ti el consuelo que necesitas.
Abram ya estaba muy mayor y Sara, su esposa, además de estar entrada en edad, era estéril. Dios los llamó, y por fe, ellos salieron de entre sus parientes para ir a una tierra desconocida que el Señor les había prometido. Todo parecía muy poco probable, pero ellos creyeron en la palabra del Señor. Dios, siendo rico en misericordia, tenía planes mucho más grandes para esa familia. Hasta el día de hoy, todos los cristianos de la tierra son bendecidos por medio de un descendiente de Abram: ¡Jesucristo!
Muchas veces no comprendemos por qué suceden ciertas cosas en la vida. No siempre conseguimos percibir el cuadro completo con todos los detalles del propósito de Dios en las situaciones. Eso es así porque sus caminos son infinitamente más grandes que los nuestros.
Quiero compartir con ustedes algo muy especial y a la vez muy personal. Digo esto a razón de que lo que voy a compartirles hoy es algo íntimo, que no es sino aquellas frases, consejos y enseñanzas que alguien me dio una vez y que han formado parte de mi vida. Me han moldeado, exhortado, confrontado, animado, corregido o alentado en numerosas ocasiones. No son todas, pero quizá sí las enseñanzas más relevantes.
No des gracias a Dios por las circunstancias. Sé agradecido EN LA CIRCUNSTANCIA.
Hubo un momento en la vida del Rey David en que se encontraba “sepultado” por sus aflicciones. Perseguido por la partida de Saúl, que quería destruirle a como fuera, David tuvo que huir a la cueva de Adulam, donde otros 400 hombres se juntaron con él. Todos ellos despreciados, afligidos, arruinados y en gran amargura (1ª Samuel 22:2) Con tan dantesco panorama, David se sintió hundido pero nunca desamparado.